Podcast No la Olvides – Episodio 6 · “Las Hermanas Wilmot: viajeras, cronistas y cómplices de una zarina ilustrada”

Marth-and-Katherine-Wilmot
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SEGMENTO 1 · BIENVENIDA

Imagina abrir un baúl olvidado en un desván irlandés: dentro crujen hojas llenas de minúscula caligrafía, mapas tachonados de manchas de cera y, entre pañuelos bordados, un pasaporte con sellos franceses, italianos… y hasta un visado de la Rusia zarista. Son las huellas de Martha y Katherine Wilmot, dos hermanas que cambiaron las convenciones victorianas por diligencias polvorientas, tertulias napoleónicas y troikas que se deslizaban bajo auroras boreales.

SEGMENTO 1 · PRESENTACIÓN

Hola, hola! Soy Julia Andrés, y esto es No la Olvides, el podcast que recorre la historia con lupa femenina. Hoy desempolvamos baúles victorianos y pasaportes napoleónicos para seguir a dos hermanas irlandesas —Martha (1775-1873) y Katherine Wilmot (1773-1824)— que transformaron sus diarios de viaje en uno de los testimonios más jugosos de la Europa posrevolucionaria y del Imperio ruso.

SEGMENTO 2 · INFANCIA Y PRIMEROS SUEÑOS

Crecieron en Glanmire, Cork, en una familia acomodada que valoraba la lectura más que la dote. Su abuelo alentaba el “turismo ilustrado”: tiraba monedas a los campesinos y contaba historias de París. A las Wilmot aquello les supo a invitación irrevocable.

SEGMENTO 3 · EL GRAND TOUR DE KATHERINE (1801-1803)

Con 28 años, Katherine se embarca rumbo a Francia e Italia como dama de compañía del conde Mount Cashell. Cruza salones revolucionarios, debate con poetas y deja en sus cartas comentarios afilados sobre la corte de Napoleón: “El emperador imita a los Borbones, pero con menos encaje y más bayonetas.”

SEGMENTO 4 · MARTA & DASHKOVA: UNA AMISTAD IMPROBABLE (1803-1808)

Mientras tanto, Martha acepta la invitación de la legendaria princesa Ekaterina Dashkova, musa de la Ilustración rusa y amiga de Catalina la Grande. En la hacienda de Troitskoye, Martha se convierte en confidente, bibliotecaria y, sobre todo, cronista: describe bailes de máscaras, cosechas de serfs y tertulias filosóficas con la misma minuciosidad con que anota temperaturas bajo cero.

SEGMENTO 5 · REENCUENTRO Y AVENTURAS EN LA NIEVE

En 1805 Katherine llega a Rusia “para rescatar” a su hermana, pero acaba atrapada dos años entre palacios y troikas. Las dos escriben miles de páginas sobre supersticiones campesinas, diplomáticos franceses y un oso que roba nabos de la despensa. Sus diarios, hoy en la Wilmot-Dashkova Collection de la Royal Irish Academy, son la ventana angloparlante más rica al Imperio zarista de comienzos del XIX.

SEGMENTO 6 · FUEGO, COPIAS Y CONTRABANDO DE MEMORIAS

Al partir, Dashkova le exige a Martha quemar el manuscrito de sus memorias; ella obedece… pero Katherine ya había hecho una copia secreta y la esconde entre partituras. Gracias a esa operación corsé se publica en 1840 la autobiografía de la princesa: un bestseller ilustrado con notas de Martha.

SEGMENTO 7 · REGRESO, PUBLICACIONES Y OLVIDO

De vuelta en Irlanda, la salud de Katherine se quiebra; muere en París (1824). Martha, en cambio, vive hasta los 98 años, edita montañas de correspondencia y custodia los papeles familiares hasta legárselos a su sobrina, quien los donará a la Academia en 1903.

SEGMENTO 8 · LEGADO

Periodismo avant-la-lettre: sus descripciones del hambre napoleónica o de la servidumbre rusa son hoy fuentes primarias en tesis de historia social.

Red femenina transnacional: se cartean con Mary Wollstonecraft, la científica Jane Marcet y la propia Dashkova, probando que la Ilustración también llevaba faldas.

Estrella de archivo: cada junio, filólogos y curiosos llenan la sala de manuscritos de Dublín para leer su letra diminuta y salpicada de anécdotas.

SEGMENTO 9 · DESPEDIDA

Las hermanas Wilmot nos recuerdan que un buen pasaporte puede ser una pluma afilada. Ellas cruzaron fronteras, lenguajes y jerarquías con la misma soltura con la que tú hojeas un pasaporte COVID. Así que la próxima vez que sueñes con viajar, piensa en estas irlandesas que, sin Google Maps, con guerras napoleónicas de por medio y un invierno ruso como bienvenida, escribieron el mundo para que hoy podamos leerlo.

Gracias por acompañarme en No la Olvides. Si esta travesía te ha inspirado, comparte, deja tu review de cinco estrellas y, sobre todo, nombra a las mujeres que te inspiran… porque nombrarlas es invocarlas.

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